lunes, 30 de julio de 2018

"Un escritor, no cuenta su vida como la de otro... cuenta la de cualquiera como propia" Es el que sabe explotar los fantasmas y los temores de la/una comunidad... no los propios.
EM

miércoles, 25 de abril de 2018

NOTA SOBRE JACQUES-ALAIN MILLER
Por Jorge Alemán

Jacques-Alain Miller fue en primer lugar quien hizo una gran y estricta elaboración de la enseñanza de Lacan impidiendo su dispersión masiva, generó en la lectura de esa enseñanza una construcción clínica que no era evidente en las formulaciones lacanianas al respecto y por último dedujo e inventó una teoría de la institución lacaniana denominada Escuela. Todo esto acompañado del compromiso irreductible con la especificidad del psicoanálisis ,en su carácter "laico" oponiéndose con fuerza a toda confusión con las vertientes "psi "que siempre pretenden subsumir al discurso analítico intentando borrar su especificidad .Añado como testimonio personal que realicé un trabajo como analizante con él, con respecto al cual mantengo mi sincera gratitud .
Ahora a raíz de su lógico enfrentamiento a Lepen y el neofascismo (donde dejé claramente expresado que soporto el apoyo a Macrón con tal de frenar la barbarie) en Francia aparecen sus "opiniones políticas" absolutamente desafortunadas: antisemitismo de Perón, Chavez, Melenchon,y una especialmente, tan grave y triste como las otras, hablar de "hitlerotroskismo". ¿Cómo se puede comparar y condensar en la misma expresión la figura siniestra de Hitler con el gran Trosky? O la otra cuestión crucial, el uso indiscriminado y banal de la imputación de "antisemitismo "a cualquier figura emergente de la izquierda.
En cualquier caso, no es la primera vez que me ocurre, tanto en España, como en Francia o en Italia y por supuesto en mi amada Argentina, que personas que admiro por su saber o su trabajo intelectual, escritores filósofos, artistas, asumen posiciones absolutamente antinómicas con mi perspectiva política. Y en cada caso uno debe decidir qué hace con eso. En el caso de Miller nunca fue mi referente político, ni nunca esperé nada que me iluminara en ese campo que provenga de él. También me ocurre con otros intelectuales franceses en lo que América Latina se refiere. Sencillamente no les adjudico ningún saber al respecto Por ello, no me pasaré la vida pidiendo aclaración alguna sobre lo que tengo muy claro, una diferencia política muy de fondo con respecto a Miller y su amigo Levy, que se despierta a diario, pensando qué nuevo país se debe bombardear. Dicho de otra manera, ninguno encarna un Otro del saber, del que yo espere algo en materia de política, ideología, etc. Precisamente por ello, desde que comencé con mis trabajos en relación a Lacan y la izquierda nunca pretendí ni que los lacanianos y sus escuelas asumieran en principio mis propuestas .Tal como he insistido más bien me he propuesto llevar a Lacan a la izquierda y a los movimientos populares. Debo añadir, que jamás Miller puso obstáculo alguno en publicar mis textos en su Magazine Lacan Quotidien, a pesar de las diferencias, lo que agradezco especialmente. Una vez aclarado que no espero nada que se me revele en sus opiniones políticas, debo decir, que otra cuestión bien diferente es el comunicado institucional de la Asociación Mundial de Psicoanálisis sobre la situación en Venezuela. Esto ya compromete algo distinto, porque habla en nombre de todos sus miembros sin haber sido consultados y segrega una evidente visión del mundo absolutamente sesgada, ignorando la historia de los golpes en Latinoamérica y la horrible situación actual de muchos países .No me reconozco en los consejos directivos que impulsaron la firma de ese documento y en mi condición de miembro, me considero con todo el derecho a hacerlo.

sábado, 13 de enero de 2018

¿Cuándo te das cuenta que una relación se agota?
-Te respondo con un cuento…
"Había una vez una princesa, que quería elegir un novio que sea digno de ella, que la ame verdaderamente. Entonces puso una condición, elegiría al novio entre todos aquellos que fuera capaz de estar 365 días frente al muro del palacio. Parado sin separarse ni un día. Se presentaron cientos, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro, al primer frio la mitad se fue. Cuando empezaron los calores, se fue la mitad de la otra mitad. Cuando se termino la comida, la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado un primero de Enero. Cuando entro Diciembre y nuevamente comenzaron los fríos, había quedado solamente un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos y pensando que ningún amor valía la pena. Solamente un joven que había adorado a la princesa desde siempre estaba allí anclado a ese muro esperando pacientemente que se cumplan los 365 días. La princesa, que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedada y se quedaba, comenzó a mirarlo con otros ojos. Pensó tal vez este joven me quiera de verdad, lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y de comida, lo había visto a los ojos y se había dado cuenta que su mirada era sincera. Fue cuando le dijo al rey. Papa creo que finalmente va a tener casamiento, este hombre es el que en realidad me quiere. El rey contento se puso a preparar todo para la boda. Le hizo saber al joven que el primero de Enero cuando se cumplían 365 días lo esperaba en el palacio para hablar con el. Todo estaba armado, el pueblo contento, todos ansiosos esperando el primero de Enero. El último día de Diciembre a la noche después de 364 noches allí, el joven se levanto del muro y se fue, no pudo quedarse a cumplir la exigente condición. Fue a su casa, visito a su madre, y esta le dijo hijo no te entiendo querías tanto a la princesa estuviste ahí 365 días y 364 noches que paso no pudiste haber aguantado un días mas. El hijo le respondió: sabe que madre, me entere que me había visto, me entere que me había elegido, me entere que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo, y a pesar de eso no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor no fue capaz de evitarme una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una sola noche de sufrimiento... no merece de mi amor (...)

¿Verdad Madre?

miércoles, 25 de octubre de 2017



"Son muy pocas las personas capaces de abarcar panorámicamente la fábrica de las cosas humanas en todas sus ramificaciones. Para la mayoria se ha vuelto necesario circunscribirse a un solo campo o a unos pocos, sin embargo, mientras menos sepa uno sobre el pasado y el presente, tanto mas incierto será el juicio que pronuncie sobre el porvenir. Porque justamente en un juicio de esa índole las expectativas subjetivas del individuo desempeñan un papel que ha de estimarse ponderable; y a su vez, estas se muestran dependientes de factores puramente personales, como, su propia experiencia, su actitud mas o menos esperanzada hacia la vida, tal como se la prescribieron su temperamento, su éxito o su fracaso. Por fin, influye el hecho asombroso de que, en general, los seres humanos vivencian su presente como con ingenuidad, sin poder apreciar sus contenidos: primero deberian tomar distancia respecto de él, vale decir que el presente tiene que devenir pasado si es que han de obtenerse de él unos puntos de apoyo para formular juicios sobre las cosas venideras"
Sigmund Freud
En otras palabras: Un futuro probable, da sentido y resignifica a un presente que ya pasó. Es otra manera de dar cuenta, cómo se concibe el "tiempo" en Psicoanálisis. Base y estructura lógica desde donde comienza a elaborar el grafo del deseo. J. Lacan. Tiempos lógicos y no cronológicos. El "nachtraglich" Freudiano. Es decir hace "tiempo", valga la redundancia, que ha dejado de mandar el reloj.
Eduardo Mendez

martes, 24 de octubre de 2017

Un ángel en mi reloj
No busquen más.
Encontré a un ángel en mi reloj.
Pequeño pero tan grande.
¡Noble! Y, por serlo, enriquecido.
No pierdan el tiempo.
¡Basta de enloquecidos andares!
Mañana de verano, noche de abril, tarde de invierno.
No busquen más.
Siempre y en todos los lugares
el ángel tiene las manecillas del reloj en sus manos.
Se hunde los ojos con sus pequeños dedos para no llorar,
quiere que sus lágrimas vuelvan de donde vinieron
pero su alma no las quiere.
¡No encuentra la felicidad!
Cuando el reloj toco las siete ya no lloró y, flotando en ese instante,
mi ángel y mi reloj armonizaban con el resto del mundo.
Su alma encontró la felicidad solo un minuto.
Detuvieron su andar.
Eduardo Méndez
I have a dream

Pude hablarte y te dije, una y mil veces creías, solo creías. 
Ya no te cuento, soy solo sol de invierno, 
será porque todo me viene de ayer, de inmediato y lagrimas.
Se hace pobre la experiencia.
El sueño cuenta la historia, siempre es tarde en el comienzo.
Inútiles caricias, mojan la piel y juntan la sangre. 
Primero el encuentro, luego, la aventura de la permanencia, 
menos diez y desespero.
El deseo ya no hace marca en tu sexo.
Solo creías.
Eduardo Mendez
                                       


                                           Frágil como un segundo

                                

                                            ¿Será que ha pasado como el agua de un torrente?
                                                          Años vacios, vísperas perdidas.
                                                                           Inefable.
                                               No quiero volver a cacarear sobre la metáfora.
                                           Pero lo siento. Todo en la vida es una cosa por otra.
                                      Hasta que resulte inevitable. Hasta que estalle el segundo.
                                                      Acuciado compañero de mis sombras.
                                                 Injustas puertas, el pasatiempo se hace oficio.
                                                             Hasta que acaricie la muerte.
                                                   Al límite del final y frágil como el instante.

                                                             Por donde se escurre la vida.
               

                                                                      Eduardo Mendez